viernes, 30 de octubre de 2009

El tiburón



Cada año, más de 150 millones de tiburones, rayas y manta rayas, mueren a escala mundial y medio millón de tiburones mueren por la práctica del aleteo en aguas de Centro y Sur América. Otro tanto de peces espada, delfines, tortugas y ballenas mueren atrapados en las murallas de la muerte, compuestas por redes y líneas largas (líneas de anzuelos de hasta 80 kilómetros de longitud), de los barcos pesqueros que recorren sin mayor control los océanos de mundo.
La práctica del "aleteo" es una espantosa técnica de muerte que consiste en capturar al animal, subirlo a bordo, cortarle las aletas y arrojarlo vivo al agua en donde morirá ahogado en una lenta agonía, por la falta de movimiento. Incluyendo tiburones neonatos, que aún no alcanzan la edad de madurez sexual y reproductiva cuyo valor va en incremento, afectando directamente el futuro de la especie.

El proceso de extinción de estas especies se debe monitorear y contrarrestar con leyes que prohíban su pesca indiscriminada y el aleteo, la efectiva supervisión en los muelles públicos y privados, la participación de estudiantes de biología en la toma de datos y la aplicación de severos impuestos y multas a aquellas embarcaciones que pretenden navegar por estas aguas y violar las normas de pesca en áreas protegidas, respectivamente.


Si tomamos en cuenta la experiencia de estas organizaciones, que pretenden mejorar nuestro balance ecológico mediante la aplicación inmediata de una ley que mejore las posibilidades de vida de estas especies marinas, podremos recuperar la salud de nuestros mares y un nuevo significado a la antigua concepción de "un mar infestado de tiburones".

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